Oklahoma City Thunder culminó una histórica temporada con la victoria más importante de todas: campeones de la NBA. Liderados por un imparable Shai Gilgeous-Alexander, el equipo venció 103-91 a los Indiana Pacers en el Juego 7 de las Finales, logrando el segundo título en la historia de la franquicia, pero el primero desde su llegada a Oklahoma en 2008.
Gilgeous-Alexander firmó 29 puntos y 12 asistencias, fue nombrado MVP de las Finales y desató la euforia de una ciudad que nunca antes había tenido un campeonato propio en la NBA.
“No se siente real. Este grupo trabajó por esto y lo merecemos“, dijo emocionado tras el juego. El Thunder también contó con grandes aportes de Jalen Williams (20 pts) y Chet Holmgren (18 pts).
El equipo terminó la temporada con 84 victorias entre fase regular y playoffs, igualando a los Bulls de 1996-97 como la tercera mayor cifra en la historia. Solo los Warriors de 2017 (88) y los Bulls de 1996 (87) ganaron más.
El camino al campeonato no fue fácil. Oklahoma City se enfrentó a un duro rival en Indiana, que perdió a su estrella Tyrese Haliburton apenas en los primeros minutos por una lesión en el tendón de Aquiles. Pese a ello, los Pacers pelearon hasta el medio tiempo, donde ganaban por 1 punto. Pero en el tercer cuarto, el Thunder se despegó con un contundente 34-20 que definió el encuentro.
Es el equipo más joven en ganar un título de NBA en casi 50 años y el séptimo campeón distinto en las últimas siete temporadas, reflejo de una liga más equilibrada que nunca. Con esto, el Thunder se une a la élite y tendrá, por fin, su propio estandarte colgado en las vigas del Paycom Center.