El director ejecutivo de Mercedes-AMG Petronas, Toto Wolff, ha encendido el debate en el paddock tras proponer públicamente que la FIA imponga sanciones económicas a los equipos que presenten protestas consideradas infundadas o estratégicas, una práctica que, según él, se ha vuelto habitual y afecta el desarrollo deportivo y mediático de la Fórmula 1.
La polémica surgió luego del Gran Premio de Canadá, donde Red Bull Racing presentó una queja formal contra Mercedes relacionada con supuestas irregularidades aerodinámicas en el alerón trasero del W15. La investigación no arrojó evidencia suficiente, pero demoró la confirmación de los resultados por más de cinco horas y generó fuertes reacciones internas. “No podemos permitir que cada carrera termine con protestas diseñadas para alterar resultados o ganar tiempo político. Hay que imponer consecuencias reales”, declaró Wolff en entrevista con Sky F1.
Según datos recabados por RaceFans.net, en lo que va de la temporada 2025 se han registrado más de 11 protestas oficiales entre equipos, de las cuales el 64% han sido desestimadas sin efecto. La FIA, por su parte, ha reconocido que el proceso actual de revisión puede ser “demasiado accesible” y está considerando modificaciones para 2026, incluyendo filtros técnicos previos y penalizaciones simbólicas por abuso del reglamento.
El planteamiento de Mercedes ha dividido opiniones. Algunos equipos como McLaren y Alpine han mostrado apoyo a la idea de regular las protestas con mayor severidad. Zak Brown, CEO de McLaren, fue enfático: “Una protesta debe ser un acto serio, no una herramienta de presión política. Si alguien quiere usarla como estrategia, que pague por ello”.
Por el contrario, desde Red Bull han criticado la propuesta de Wolff, calificándola como una forma de “silenciar la fiscalización entre equipos”. Christian Horner, jefe del equipo austríaco, defendió la importancia de poder cuestionar legalmente a los rivales cuando surgen dudas técnicas: “La esencia de la F1 es la competencia feroz y transparente. Si limitas la capacidad de recurrir a los comisarios, estás limitando el deporte”.
Expertos en derecho deportivo advierten que imponer sanciones económicas por protestas no exitosas puede generar un efecto inhibidor, especialmente entre los equipos con menor presupuesto. Sin embargo, algunos proponen un modelo escalonado: advertencia en la primera protesta infundada, penalización leve en la segunda, y multas solo tras reincidencias.
En este contexto, la FIA ha anunciado que abrirá una consulta formal con los equipos durante el GP de Gran Bretaña para evaluar mecanismos de regulación que no comprometan la equidad jurídica ni fomenten el uso abusivo del sistema. Mientras tanto, el debate se intensifica en los boxes y promete convertirse en uno de los temas centrales de la temporada 2025, en medio de una lucha cada vez más cerrada por el campeonato de constructores.