Mason Rudolph ha aprendido a vivir con la presión en la NFL. Tras más de media década en la liga, el mariscal de campo regresó a los Pittsburgh Steelers con un contrato de dos años, en medio de rumores constantes sobre la posible llegada de Aaron Rodgers.
Durante el primer entrenamiento de actividades organizadas voluntarias (OTAs) del equipo, Rudolph enfrentó preguntas sobre Rodgers apenas 90 segundos después de presentarse ante los medios. Su respuesta fue directa: “Eso no es nada nuevo para mí”.
Y es cierto. Desde que fue reclutado por Pittsburgh en 2018, el exjugador de Oklahoma State ha vivido altibajos: fue relegado por Ben Roethlisberger, perdió el puesto con Devlin Hodges, fue prometido como titular en 2022 pero quedó detrás de Mitch Trubisky y Kenny Pickett, y solo hasta 2023 logró una inesperada redención al llevar a los Steelers a los playoffs tras una temporada difícil.
Ese esfuerzo no fue recompensado de inmediato. Pittsburgh no hizo ningún intento por renovarlo y optó por firmar a Russell Wilson y cambiar por Justin Fields, obligando a Rudolph a pasar la temporada 2024 con los Tennessee Titans, donde tuvo marca de 1-4 como titular.
Pero la historia dio un giro. Con la partida de Fields a los Jets y la no renovación de Wilson, los Steelers contactaron a Rudolph, quien no dudó en regresar: “Es bueno ser deseado. Pittsburgh es un lugar especial”.
La situación, sin embargo, sigue llena de incertidumbre. El equipo seleccionó al joven Will Howard en el draft, mientras que Rodgers —quien visitó las instalaciones a inicios de la primavera— aún no ha tomado una decisión.