Denver, CO, 3 de septiembre de 2025-Una provocadora celebración del pelotero Rafael Devers fue el detonante de una pelea a golpes entre los San Francisco Giants y los Colorado Rockies este martes en el Coors Field. El incidente, ocurrido apenas en la primera entrada del juego, dejó como saldo tres jugadores expulsados y un debate encendido sobre los límites del espectáculo en el béisbol.
Todo comenzó cuando Devers conectó un cuadrangular de tres carreras ante el abridor Kyle Freeland. Tras el batazo, el antesalista de los Giants se quedó observando la pelota durante varios segundos antes de recorrer lentamente las bases, gesto que fue interpretado como una falta de respeto por el equipo contrario.
“No voy a tolerar que alguien se burle de nosotros en nuestra casa”, declaró Freeland tras el partido. “No fue solo un bat flip; fue una provocación directa”. El lanzador de los Rockies lanzó una bola rápida alta en el siguiente turno, lo que llevó a que ambos bancos se vaciaran y se desatara una pelea generalizada.
El cuerpo arbitral intervino de inmediato, y tras varios minutos de discusión, expulsó a Kyle Freeland, así como a los jugadores de los Giants Matt Chapman y Willy Adames, quienes se vieron involucrados directamente en los empujones y golpes.
Por su parte, Devers defendió su celebración ante los medios. “No fue falta de respeto, fue emoción pura”, explicó. “Estábamos en un momento clave del juego y sentí que tenía que celebrarlo. No pensé que eso justificaría una agresión”.
El manager de los Giants, Bob Melvin, criticó duramente la reacción de los Rockies. “Este es un deporte que ha evolucionado. Las celebraciones son parte del juego moderno. Si no te gusta, ponle un out”, declaró. En contraste, Bud Black, manager de Colorado, respaldó a su lanzador: “Freeland defendió el honor del equipo. No se trató de violencia gratuita, sino de mantener el respeto en el campo”.
A pesar del caos, los Giants se impusieron 7-4 y empataron una marca de 16 juegos consecutivos conectando al menos un jonrón, gracias también a un batazo de Wilmer Flores en la quinta entrada.
El incidente ha dividido opiniones entre fanáticos y analistas. Mientras algunos celebran el “sabor” que aportan las emociones fuertes al deporte, otros insisten en que actos como los de Devers pueden generar tensiones innecesarias y poner en riesgo la integridad física de los jugadores.