Atlanta, 23 de julio de 2025 — La Major League Baseball (MLB) ha iniciado una investigación oficial tras un tenso episodio ocurrido durante el reciente enfrentamiento entre los Atlanta Braves y los New York Yankees. El incidente involucra al jardinero central de los Yankees, Jazz Chisholm Jr., y al coach de banca de los Braves, Eddie Pérez, quien habría realizado un gesto interpretado por muchos como una amenaza de un “beanball” (pelotazo intencional a la cabeza).
Todo comenzó cuando Chisholm fue captado aparentemente retransmitiendo señales de lanzamiento desde tercera base al bateador Anthony Volpe. Esto generó malestar en el equipo rival, pese a que las acciones de Chisholm no violan ninguna regla del reglamento actual de MLB. En medio de la tensión, las cámaras de televisión registraron a Eddie Pérez apuntándose a la cabeza, lo que fue interpretado por varios como una advertencia velada.
“Lo que vi fue una falta de respeto total, y eso no tiene lugar en este juego”, declaró un miembro del dugout de los Yankees, que pidió no ser identificado. “No se puede permitir que un coach insinúe un pelotazo, y menos en una época donde la seguridad del jugador es prioridad”.
Por su parte, Eddie Pérez negó que el gesto haya tenido intención violenta. “Estaba diciéndole que usara la cabeza, no que le iba a lanzar a la cabeza. Esto se está sacando de contexto. El béisbol siempre ha sido emocional, pero nunca buscaría lastimar a nadie”, aseguró el ex receptor y actual asistente técnico de Atlanta.
Jazz Chisholm Jr., conocido por su estilo enérgico y provocador, evitó entrar en polémica, pero dejó clara su postura: “Yo juego duro, pero limpio. Si alguien tiene un problema conmigo, que me lo diga de frente, no con gestos desde el dugout”.
La MLB confirmó que se encuentra revisando videos del partido y entrevistando a testigos del incidente. “Estamos tomando esto con la seriedad que merece. Cualquier insinuación de violencia, aunque sea gestual, será evaluada conforme a nuestro código de conducta”, declaró un portavoz de la liga.
Este incidente reabre el debate sobre los límites del juego estratégico y el respeto en el campo. Mientras se esperan las conclusiones de la investigación, el foco sigue sobre Chisholm y los Yankees, que mantienen una racha ascendente, pero ahora con una nueva distracción extradeportiva en el horizonte.