Conor McGregor, ex campeón de UFC, ha confirmado que se encuentra en conversaciones para disputar una pelea de boxeo exhibición contra el youtuber y boxeador Logan Paul en India. A través de sus redes sociales, McGregor compartió que las negociaciones están en “acuerdos preliminares” con la familia del magnate indio Mukesh Ambani, dueño de un conglomerado industrial.
“Lo he aceptado”, aseguró el irlandés, refiriéndose al enfrentamiento con Paul. Además, McGregor aprovechó la ocasión para desmentir los rumores sobre una posible pelea contra el campeón de peso pluma de la UFC, Ilia Topuria, aclarando que esas especulaciones no eran ciertas. McGregor explicó que su regreso al octágono se concretará después de la exhibición de boxeo con Logan Paul.
Este anuncio se produce en un momento delicado para McGregor, ya que recientemente, un jurado en Irlanda determinó que el luchador debe pagar una indemnización de casi 257,000 dólares a Nikita Hand, una mujer que lo acusó de agresión sexual y violencia física en un incidente ocurrido en un hotel de Dublín en 2018. Hand denunció que el ataque la dejó con moretones y un trastorno de estrés postraumático, aunque McGregor negó las acusaciones, afirmando que ambos tuvieron una relación sexual consentida. La Associated Press no suele identificar a las víctimas de agresión sexual a menos que estas lo hagan de manera pública, como en este caso.
McGregor, de 36 años, no compite desde su última pelea en julio de 2021, cuando sufrió una grave lesión en la pierna durante su combate contra Dustin Poirier. Además, el irlandés se retiró de un combate programado contra Michael Chandler en UFC 303, previsto para el pasado mes de junio, debido a una fractura en un dedo del pie.
En cuanto a Logan Paul, el estadounidense ha continuado su carrera en el boxeo tras haber sido conocido inicialmente como youtuber. El hermano de Logan, Jake Paul, también ha ganado notoriedad en el ring, tras derrotar por decisión unánime al ex campeón de peso pesado Mike Tyson, en un combate celebrado el mes pasado en Arlington, Texas. Esta pelea fue el primer evento deportivo en vivo transmitido por Netflix, alcanzando una audiencia de 60 millones de hogares.