Nueva York, 21 de agosto de 2025. Figuras históricas del béisbol estadounidense como Dusty Baker, Sammy Sosa y Ozzie Guillén han alzado la voz en medio de crecientes tensiones entre la MLB y la Asociación de Jugadores, ante la posibilidad de una huelga o cierre patronal cuando expire el actual convenio colectivo en 2026.
Durante una conferencia celebrada en Cooperstown, en el marco de un foro sobre el futuro del béisbol, varios exjugadores manifestaron su preocupación sobre los efectos que un nuevo conflicto laboral podría tener para el crecimiento reciente del deporte, que en 2024 generó ingresos por más de 12 mil millones de dólares.
“Lo último que este deporte necesita es una huelga. Ya lo vimos en los 90, y no fue bueno para nadie. No repitamos errores del pasado”, señaló Dusty Baker, exmánager campeón con los Houston Astros. El veterano fue claro en su advertencia: “Si ahora hay impulso, una huelga lo arruinaría todo”.
Los roces entre propietarios y jugadores se centran en temas como la implementación de un tope salarial, derechos de imagen y reparto de ingresos por streaming. Mientras los dueños presionan por mayor control financiero, la unión de jugadores insiste en que estas medidas limitarían su libertad contractual.
Sammy Sosa, por su parte, hizo un llamado a la unidad: “Todos ganan bien. No dejen que la codicia destruya algo que la gente ama. Espero que prime el sentido común y no la confrontación”. El extoletero de los Cubs agregó que aún hay tiempo para negociar con sensatez.
La Asociación de Jugadores ha reiterado que no aceptará ningún modelo que se asemeje al de la NFL o NBA en cuanto a límites salariales. En palabras del actual presidente sindical, Marcus Stroman: “Estamos abiertos al diálogo, pero no a sacrificar los derechos que tantos peloteros lucharon por conseguir”.
Mientras tanto, el comisionado Rob Manfred ha evitado pronunciamientos públicos, aunque dentro de la liga se especula que habrá una propuesta formal de negociación a inicios de 2026. Si las posturas no se acercan, la MLB podría enfrentar un paro por primera vez en más de tres décadas.