30 de mayo de 2025 — Las declaraciones explosivas del boxeador estadounidense Jermall Charlo han encendido nuevamente la polémica en torno a la carrera del campeón mexicano Saúl “Canelo” Álvarez. En una entrevista reciente, Charlo no se contuvo y calificó al Canelo como un “tramposo protegido por el sistema”, acusándolo abiertamente de evadir peleas clave y contar con el respaldo de organizaciones como el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) para manipular las divisiones a su favor.
Charlo apuntó directamente al episodio más polémico de los últimos años: la relación de Canelo con David Benavídez. Benavídez, considerado por muchos como el legítimo retador obligatorio al trono de los supermedianos, ha sido evitado sistemáticamente por Canelo. Charlo denunció que el CMB llegó incluso a ofrecerle a Benavídez subir de división como estrategia para “limpiar el camino” de Álvarez, lo que deja en evidencia el poder de influencia que el mexicano tiene sobre los organismos del boxeo. Esta maniobra ha sido interpretada como una muestra clara de favoritismo y protección institucional hacia el Canelo Team.
La controversia no se detiene ahí. A lo largo de su carrera, Álvarez ha sido vinculado con múltiples escándalos que han puesto en duda la limpieza de sus logros. En 2018, el peleador dio positivo por clembuterol, una sustancia prohibida, lo que fue justificado por su equipo como una contaminación alimentaria. Sin embargo, desde entonces, otros miembros del “Canelo Team” también se han visto involucrados en situaciones similares, como Óscar Valdez, quien dio positivo por fentermina en 2021, pero fue autorizado a pelear por el mismo CMB. Esta serie de incidentes ha generado sospechas de un patrón sistemático de protección y posibles prácticas dopantes dentro del entorno de Álvarez.
Diversos expertos del boxeo y medios internacionales han planteado la posibilidad de que Canelo haya utilizado sustancias prohibidas de manera encubierta en los últimos años. Aunque nunca se ha confirmado oficialmente, la falta de transparencia en los procesos de prueba, las decisiones cuestionables de las comisiones y la cercanía del peleador con instituciones que parecen favorecerlo, abren una ventana legítima a la duda. En un deporte donde la equidad es esencial, la sombra del dopaje no debería ignorarse, especialmente cuando los indicios se acumulan.
Las palabras de Charlo han reavivado un debate que se niega a morir: ¿es Canelo Álvarez una leyenda legítima del boxeo, o el beneficiario de una estructura que le ha permitido esquivar riesgos, manipular rankings y mantenerse en la cima con prácticas cuestionables? Mientras tanto, los aficionados siguen esperando la pelea que podría disipar dudas: Canelo vs. Benavídez. Pero cada día que pasa sin que ocurra, las sospechas se vuelven más difíciles de ignorar.
No debería aceptarse que un boxeador sea Promotor y boxeador activo en la misma pelea. Daña la credibilidad y prestigio del boxeo.
En efecto, lástima que el CMB sigue favoreciendo al Canelo y ensuciando este deporte.