La etapa de Aaron Rodgers con los New York Jets ha llegado a su fin. El equipo anunció oficialmente este jueves que no contará con el mariscal de campo de 41 años para la próxima temporada, cerrando así un ciclo de dos años marcado por lesiones y bajos rendimientos.
Rodgers, quien aún no ha definido si seguirá jugando en la NFL, fue informado de la decisión por el nuevo gerente general, Darren Mougey, y el entrenador en jefe, Aaron Glenn. “Nuestra intención es avanzar en una dirección diferente en la posición de mariscal de campo”, señalaron en un comunicado. “Agradecemos su liderazgo, pasión y dedicación a la organización y le deseamos éxito en el futuro”.
El veterano quarterback, cuatro veces MVP de la liga, aún tiene un año restante en su contrato con los Jets, con un salario de 37.5 millones de dólares no garantizados. Nueva York deberá afrontar un impacto de 49 millones en su tope salarial para 2025, a menos que lo liberen después del 1 de junio, lo que permitiría repartir esa cifra en dos años.
Rodgers llegó a los Jets en abril de 2023 tras 18 temporadas con los Green Bay Packers, con la misión de terminar la sequía de Super Bowl del equipo, que data de 1968. Sin embargo, su debut con el equipo fue un desastre, sufriendo una rotura del tendón de Aquiles en su primer partido, lo que lo dejó fuera el resto de la temporada. En su segundo año, aunque se mantuvo saludable, el rendimiento del equipo fue inconsistente, terminando con un decepcionante récord de 5-12.
Por su parte, los Jets ya analizan opciones para su nuevo quarterback, con la posibilidad de reforzarse en la agencia libre o utilizar su séptima selección en el Draft de 2025 para encontrar a su próximo mariscal de campo.