Cleveland, Ohio — Los Cleveland Guardians atraviesan una crisis institucional luego de que dos de sus lanzadores, Luis Ortiz y el cerrador estelar Emmanuel Clase, fueran puestos bajo licencia administrativa con goce de sueldo, en medio de una investigación de la MLB relacionada con supuestas apuestas deportivas.
De acuerdo con reportes iniciales, ambos peloteros habrían estado implicados en microapuestas ligadas al rendimiento individual durante partidos de temporada regular. Aunque la investigación aún está en curso, la liga confirmó que existen “indicios suficientes” para suspender temporalmente a los jugadores mientras se determina la magnitud de lo ocurrido.
La noticia sacudió a la afición y a la propia directiva de los Guardians. “Estamos profundamente decepcionados. Queremos ser claros: el club no tolerará conductas que afecten la integridad del juego”, declaró el gerente general, Mike Chernoff.
El caso es especialmente delicado porque Emmanuel Clase, dos veces All-Star y considerado uno de los mejores cerradores de la actualidad, había sido pieza clave del bullpen de Cleveland. Su ausencia, junto con la de Ortiz, debilita considerablemente al equipo en la recta final de la temporada.
En redes sociales, los fanáticos expresaron su indignación. Algunos pidieron sanciones ejemplares, mientras que otros cuestionaron el sistema de monitoreo de la liga. El exjugador y comentarista Trevor Bauer fue uno de los más duros: “La MLB ha sido muy permisiva con las casas de apuestas y ahora paga las consecuencias. No puedes abrir la puerta al juego y después sorprenderte de que los peloteros se involucren”.
Las comparaciones con casos pasados no tardaron en llegar. Varios medios recordaron la histórica suspensión de Pete Rose en 1989 por apostar en partidos de su propio equipo. “Si se comprueba la culpabilidad, podríamos estar ante uno de los mayores escándalos de la última década”, señaló el periodista Ken Rosenthal.
Por ahora, la liga no ha confirmado si los lanzadores serán suspendidos de manera definitiva. Sin embargo, fuentes cercanas aseguran que podría tratarse de una sanción prolongada, ya que las apuestas relacionadas con desempeño individual son consideradas una de las violaciones más graves al código de integridad de MLB.
Mientras tanto, los Guardians intentan mantener la concentración en la competencia, pero el peso del escándalo amenaza con descarrilar su temporada y manchar la reputación de una franquicia que había construido una imagen de disciplina y seriedad en los últimos años.