Zúrich, 12 de agosto de 2025-La FIFA ha anunciado esta semana una ambiciosa estrategia de derechos humanos para el Mundial 2026, que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá. El plan, presentado como una herramienta para mitigar desigualdades y abusos en torno al evento, ha sido recibido con escepticismo por organizaciones sociales y expertos en políticas públicas.
El documento, publicado el 9 de agosto, establece líneas de acción que deben seguir los países anfitriones en temas como no discriminación, derechos laborales, combate al tráfico de personas y atención a personas sin hogar. La FIFA calificó la medida como “un hito en la evolución ética del fútbol moderno”.
“Este es un compromiso firme con un Mundial más humano y justo”, declaró Gianni Infantino, presidente del organismo, durante la conferencia virtual de presentación. “No podemos permitir que un evento de esta magnitud se organice sin responsabilidad social”.
No obstante, múltiples voces críticas han puesto en duda la efectividad real del plan. Entre ellas, Human Rights Watch y Amnistía Internacional señalaron que el documento carece de mecanismos vinculantes y no establece consecuencias claras en caso de incumplimiento. Además, se considera que los plazos para implementar algunas medidas son “poco realistas” dada la magnitud de los problemas sociales en los países anfitriones.
“Nos preocupa que esta estrategia sea más un gesto cosmético que una herramienta real de cambio”, advirtió Kate Gilmore, ex alta comisionada adjunta de derechos humanos de la ONU. “No basta con redactar compromisos: se necesitan estructuras de cumplimiento”.
En Estados Unidos, diversas ONG han señalado que políticas migratorias restrictivas y la creciente criminalización de la pobreza podrían chocar frontalmente con los objetivos del programa. En particular, preocupa que miles de personas sin hogar sean desplazadas de zonas urbanas durante el evento, como ya ocurrió en torneos anteriores.
“Ya vimos en Atlanta 1996 y Río 2016 lo que ocurre cuando se ignoran estas realidades”, indicó Rafael Díaz, coordinador de FairPlay Rights, una ONG con sede en Nueva York. “Tememos que el Mundial sea usado como excusa para limpiar las ciudades de sus ciudadanos más vulnerables”.
La FIFA se ha comprometido a publicar informes semestrales de evaluación en conjunto con ONGs independientes, aunque estas aún no han sido confirmadas oficialmente. La presión sobre el organismo seguirá creciendo conforme se acerque el torneo, y el mundo estará atento no solo a lo que ocurra en el campo, sino también fuera de él.