Los cuatro entrenadores de las selecciones que disputarán el título de la Liga de Naciones de la CONCACAF coincidieron en que el fútbol debe mantenerse al margen de las tensiones políticas entre sus países.
En la antesala de las semifinales del torneo, Mauricio Pochettino (Estados Unidos), Jesse Marsch (Canadá), Thomas Christiansen (Panamá) y Javier Aguirre (México) minimizaron la influencia de la geopolítica en la competencia, a pesar de la creciente tensión entre sus naciones.
Pochettino, quien asumió la dirección técnica de Estados Unidos hace seis meses, dejó clara su postura: “No podemos mezclar política y deporte. Represento a la federación y prefiero enfocarme en el fútbol”.
Por su parte, Marsch, seleccionador de Canadá, ha sido más vocal respecto a la relación entre su país y Estados Unidos. En una conferencia de prensa previa, criticó la percepción estadounidense de Canadá como “el estado 51”, calificándola de “inquietante e insultante”. Aun así, evitó profundizar en temas políticos esta vez y se limitó a destacar la importancia del torneo como reflejo del espíritu deportivo.
El técnico danés de Panamá, Thomas Christiansen, también se alejó de cualquier polémica, a pesar del reciente malestar en su país por declaraciones de Donald Trump sobre el Canal de Panamá. “La política no es mi especialidad. Prefiero centrarme en el equipo”, señaló.
El torneo se disputa en medio de una atmósfera tensa entre los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y México, alimentada por disputas comerciales y retórica política. Sin embargo, los entrenadores confían en que la pasión por el fútbol prevalezca y que el torneo sea una celebración del deporte por encima de cualquier diferencia.
Estados Unidos se enfrentará a Panamá en la primera semifinal, mientras que Canadá y México disputarán la segunda. El campeón se definirá el domingo en el SoFi Stadium.