La noche del domingo, el béisbol vivió uno de sus episodios más polémicos en las ligas menores. Víctor Robles, jardinero de los Seattle Mariners, fue expulsado de un juego de rehabilitación en Triple-A tras arrojar su bate directamente hacia el pitcher Joey Estes de los Las Vegas Aviators. El hecho, ocurrido en el primer turno al bate del dominicano, ha generado una oleada de críticas, preocupación y debate sobre la conducta de los jugadores en momentos de tensión.
El incidente comenzó cuando Robles fue golpeado por un lanzamiento en su costado. Según testigos, el jardinero reaccionó de inmediato arrojando el bate en dirección al montículo, lo que provocó la intervención rápida de los árbitros y su expulsión automática. No conforme con la decisión, el dominicano estalló en el dugout, llegando incluso a lanzar una caja de snacks al terreno, un gesto que encendió aún más los ánimos.
Este episodio no solo puso en tela de juicio el carácter del pelotero, sino también su futuro inmediato en la organización de Seattle. Robles, de 28 años, estaba en proceso de rehabilitación tras una lesión en la espalda que lo había mantenido fuera de la acción por meses. La expectativa era que aportara su experiencia a los Mariners, quienes actualmente mantienen un récord ajustado en la carrera por el comodín de la Liga Americana.
Horas después, el jardinero recurrió a sus redes sociales para ofrecer disculpas. “El estrés emocional de mi proceso de recuperación, sumado a la reciente pérdida de mi madre, ha sido increíblemente duro. No fue mi intención faltar al respeto al béisbol ni a mis compañeros”, escribió Robles en una historia de Instagram, buscando calmar la tormenta mediática.
El comunicado, sin embargo, no evitó la controversia. Varios analistas deportivos han recordado que el dominicano arrastra una reputación de jugador temperamental. En 2022, mientras jugaba con los Nationals, fue criticado públicamente por Madison Bumgarner, quien lo llamó “payaso” por celebrar un jonrón en un partido ya decidido.
El propio Joey Estes, lanzador afectado por la acción, declaró tras el encuentro: “Sé que las emociones pueden desbordarse, pero lanzar un bate nunca puede ser parte del juego. Es un riesgo para nuestra seguridad y para la integridad del deporte”. Sus palabras resonaron en la comunidad beisbolera, que exige sanciones ejemplares.
De momento, los Mariners no han emitido un comunicado oficial sobre si habrá una suspensión interna. La MLB, por su parte, podría intervenir considerando la gravedad del incidente y la visibilidad que ha alcanzado en redes sociales.
Este caso no solo pone el nombre de Víctor Robles en el ojo del huracán, sino que también abre un debate mayor: ¿qué tanto debe tolerarse el descontrol emocional en un deporte que presume de disciplina y respeto?