El caso “Crashgate” vuelve a la arena: la demanda de Felipe Massa contra F1, la FIA y Bernie Ecclestone irá a juicio

Londres — Un juez del Tribunal Superior de Londres ha decidido que parte de la demanda civil presentada por el ex piloto Felipe Massa contra la Fórmula 1, la FIA y el exjefe del deporte Bernie Ecclestone puede seguir adelante y llegar a juicio. La resolución, dictada el 20 de noviembre de 2025, abre la vía para que se examine en profundidad si el escándalo conocido como “Crashgate” de 2008 influyó en el resultado del Mundial de pilotos de ese año.

Massa reclama una compensación económica millonaria —cifrada en torno a £64 millones (aproximadamente €73 millones según informes europeos)— y busca establecer, a través de la vía civil, que las maniobras y omisiones en torno al Gran Premio de Singapur 2008 le costaron el título que finalmente ganó Lewis Hamilton por un punto. La cuantía y la pretensión a declarar derechos sobre el campeonato han sido parte central de la controversia.

El núcleo del pleito regresa al incidente de Singapur 2008: Nelson Piquet Jr., piloto de Renault, admitió en 2009 que había estrellado deliberadamente su monoplaza para beneficiar la estrategia de su compañero Fernando Alonso. La confesión desencadenó sanciones para Renault pero, según la narrativa de Massa, no hubo una investigación oportuna ni una actuación que reparara lo ocurrido a tiempo para afectar el campeonato. Esa secuencia histórica es la base de las reclamaciones por conspiración e inducción al incumplimiento que ahora serán examinadas en juicio.

En su fallo el juez Robert Jay permitió que progrese la acusación de inducción de incumplimiento de contrato y algunas alegaciones de conspiración, al considerar que Massa “tiene una posibilidad real de éxito” en esas líneas del caso. Al mismo tiempo, el magistrado rechazó solicitudes del demandante que pretendían que el tribunal “re-escribiera” el resultado del Mundial de 2008: el tribunal advirtió que no puede revertir formalmente el título que se anotó en su momento. “The present claim cannot, of course, rewrite the outcome of the 2008 drivers’ world championship,” recoge la síntesis del fallo.

La decisión del juez se apoyó —según la propia exposición judicial— en nueva información que salió a la luz en entrevistas posteriores: en particular, una conversación pública de 2023 con Bernie Ecclestone que, según la argumentación de Massa, reveló que ciertos responsables podrían haber conocido detalles relevantes y que por tanto el ex piloto brasileño no había tenido antes la oportunidad real de litigar esos hechos. El tribunal estimó que esa publicación dio pie a que Massa entendiera que podía reclamar en la vía civil.

Reacciones y declaraciones han sido inmediatas. Felipe Massa expresó satisfacción por la decisión y la calificó como un triunfo inicial en su búsqueda de justicia: “Gran día para mí y para todo el que ama la Fórmula 1”, señaló en declaraciones recogidas por medios especializados tras conocerse la resolución. En su testimonio ante el tribunal Massa también afirmó que, ya en 2009, había dicho públicamente que creía que Fernando Alonso sabía que el choque fue intencional: “In October 2009, I told journalists that I believe Fernando Alonso knew the crash was intentional.”

Por su parte, los demandados han rechazado categóricamente las pretensiones de Massa. Abogados que representan a las partes señaladas han intentado anteriormente que la demanda fuera desestimada y han calificado la acción como, en palabras de una presentación en sala, un intento equivocado de reabrir asuntos ya resueltos. Los representantes de Ecclestone argumentaron además que su cliente “no recordaba” la entrevista que se aduce como detonante de la acción —una afirmación que figura en las diligencias procesales.

El proceso judicial planteará preguntas complejas sobre jurisdicción, límites de la función de los tribunales frente a resultados deportivos históricos y la carga probatoria necesaria para establecer responsabilidad civil por decisiones —u omisiones— de organismos reguladores y directivos de una competición internacional. Los abogados de Massa deberán demostrar, entre otras cosas, que existió inducimiento al incumplimiento o una conspiración cuya consecuencia razonable fue la pérdida del título por parte del brasileño.

Además del plano jurídico, la causa revive viejas heridas en la memoria colectiva de la F1: aficionados, ex pilotos y analistas han reabierto debates sobre la transparencia en las investigaciones deportivas, la responsabilidad de las instituciones y el peso de las confesiones que emergen años después de los hechos. Para muchos, la novedad no es sólo legal sino simbólica: que un caso tan arraigado en la memoria deportiva pueda someterse a revisión judicial. ()

¿Qué significa esto para Lewis Hamilton y para la estadística histórica? En términos prácticos, el tribunal ya dejó claro que no puede “revocar” el título de 2008 ni alterar el palmarés oficial a través de este juicio; lo que sí puede hacer es determinar responsabilidades económicas o de otro tipo si se prueban las reclamaciones. Así, una eventual sentencia a favor de Massa podría traducirse en daños y perjuicios pero no en la modificación automática de los libros oficiales del deporte.

La audiencia de noviembre ha sido sólo una fase preliminar que permite que partes del caso lleguen a juicio; no hay aún fecha pública fijada para la vista oral definitiva mientras continúan las tramitaciones procesales y posibles negociaciones entre las partes. Expertos en derecho deportivo consultados por prensa internacional estiman que, de llegar a juicio pleno, el proceso podría extenderse meses y abrir la puerta a descubrimientos documentales y testificales muy relevantes.

En el terreno emocional, Massa ha descrito su demanda como algo más que una reclamación económica: es, según él, una búsqueda de “verdad y reconocimiento” por lo que considera una injusticia deportiva que marcó su carrera. “Estoy aquí para que se sepa la verdad sobre lo que sucedió en 2008”, afirmó en pasadas comparecencias y declaraciones públicas, y la decisión del juez de permitir que ciertas partes del caso continúen supone, en su lectura, un paso necesario en esa dirección.

El veredicto de esta fase procesal devuelve al primer plano un capítulo oscuro de la historia moderna de la Fórmula 1 y obliga a la comunidad del deporte a volver a mirar hechos que muchos daban por zanjados. Ahora queda esperar —con atención mediática alta— el calendario de la causa y, sobre todo, las pruebas que cada parte aporte en el juicio para sostener sus afirmaciones.

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