9 de diciembre de 2025-La Federación Egipcia de Fútbol (EFA) presentó una solicitud formal ante la FIFA para impedir la realización de actividades vinculadas al orgullo LGBTQ+ durante el partido que su selección disputará contra Irán en el Mundial 2026 en Seattle. La petición incluye la prohibición de banderas, exhibiciones culturales, espectáculos y cualquier manifestación relacionada con eventos “Pride”.
La EFA argumentó que tales actividades contradicen los valores culturales y religiosos de su país, además de representar un posible foco de conflicto con los aficionados iraníes. En un comunicado oficial, la federación expresó: “No estamos en contra de la diversidad cultural del país anfitrión, pero creemos que mezclar celebraciones ajenas a la competencia deportiva puede poner en riesgo la armonía y la seguridad”.
Fuentes cercanas a la FIFA confirmaron la recepción del pedido, aunque no aclararon si habrá modificaciones en la agenda de eventos paralelos al torneo. La política del organismo ha sido históricamente ambigua respecto a manifestaciones relacionadas con derechos LGBTQ+, variando según sede y contexto. Un exasesor del organismo comentó: “La FIFA intenta posicionarse como inclusiva, pero también busca evitar tensiones diplomáticas que afecten la competencia”.
El partido entre Egipto e Irán ha sido catalogado por expertos como uno de los más sensibles del Mundial debido a que ambos países cuentan con legislaciones restrictivas respecto a la homosexualidad. Activistas por los derechos humanos reaccionaron inmediatamente a la solicitud egipcia. Una vocera de una ONG estadounidense afirmó: “La presencia de un evento Pride en un Mundial celebrado en 2026 en territorio estadounidense es un mensaje de visibilidad; censurarlo sería un retroceso”.
Por su parte, sectores conservadores de ambas comunidades en la diáspora han celebrado la postura de Egipto, argumentando que el deporte no debe ser utilizado como plataforma sociopolítica. En redes sociales, miles de usuarios replicaron mensajes con frases como: “El fútbol debe unir desde el respeto, no imponer agendas culturales”.
La ciudad de Seattle, reconocida por su activismo LGBTQ+, tenía previsto integrar elementos de celebración Pride en varios partidos del torneo. Autoridades locales indicaron que, por ahora, no tienen planes de modificar la programación, aunque están “abiertas al diálogo para garantizar la seguridad y convivencia de todos los asistentes”.
La FIFA deberá tomar una decisión en las próximas semanas, ya que la organización del torneo requiere claridad sobre los lineamientos permitidos en cada sede. Cualquier resolución podría sentar un precedente importante sobre cómo el fútbol global enfrenta —o evita— temas de diversidad sexual y libertad de expresión en grandes eventos internacionales.