A solo tres juegos de concluir la temporada regular de la NBA, los Denver Nuggets realizaron un movimiento sin precedentes: despidieron a su entrenador Michael Malone, quien los llevó al campeonato en 2023 y los tiene en posición de disputar su séptima postemporada consecutiva.
El anuncio tomó por sorpresa al entorno de la liga, pues nunca antes un equipo rumbo a playoffs había cambiado de entrenador tan cerca del cierre de la fase regular. A pesar de una racha negativa de cuatro derrotas consecutivas, los Nuggets aún pelean por la ventaja de local en la primera ronda y, en el peor de los casos, tienen asegurado un lugar en el torneo de play-in.
El vicepresidente de Kroenke Sports and Entertainment, Josh Kroenke, explicó que la decisión fue tomada “sin placer” y tras una cuidadosa evaluación, con el objetivo de brindarle al equipo “la mejor oportunidad de competir por el campeonato de 2025 y entregar otro título a Denver y a nuestros fanáticos”.
Junto con Malone también fue apartado el gerente general Calvin Booth, quien no renovará contrato. El interinato en el banquillo lo tomará David Adelman, quien dirigirá al equipo durante el resto de la campaña.
Malone, que había asumido el cargo en 2015, se convirtió en uno de los entrenadores más respetados de la liga tras llevar a los Nuggets al campeonato y mantenerlos como contendientes constantes en la Conferencia Oeste. Sin embargo, el tropiezo reciente fue motivo de autocrítica. Tras la última derrota ante Indiana, reconoció su responsabilidad: “Comenzaré conmigo. No hemos perdido cuatro seguidos en mucho tiempo. ¿Puedo hacer mejor mi trabajo? Claro que sí”.
Este inesperado cambio de timón reconfigura el panorama de cara a los playoffs y deja a Denver en una posición inédita en la historia de la NBA.