La franquicia de los Washington Commanders está lista para volver a sus raíces en la capital de Estados Unidos, luego de alcanzar un acuerdo histórico con el gobierno del Distrito de Columbia para la construcción de un nuevo estadio en el sitio del legendario RFK Stadium.
La alcaldesa Muriel Bowser anunció el lunes que el proyecto, valorado en casi 4.000 millones de dólares, contempla no solo la edificación de un moderno recinto deportivo, sino también un desarrollo integral que incluirá viviendas, espacios verdes y un complejo deportivo en una extensión de 170 acres junto al río Anacostia.
De acuerdo con el plan, los Commanders financiarán 2.700 millones de dólares, mientras que la ciudad aportará aproximadamente 1.100 millones en los próximos ocho años. Se espera que la construcción comience en 2025, pendiente de la aprobación final del consejo de la ciudad, con miras a abrir las puertas del estadio en 2030.
El anuncio oficial fue realizado mediante un video narrado por Joe Theismann, legendario quarterback campeón del Super Bowl con Washington, quien enfatizó la importancia del regreso: “Traigamos a los Commanders a casa. El momento es ahora”.
El evento de presentación, celebrado en el National Press Club, contó con la presencia del comisionado de la NFL Roger Goodell, la alcaldesa Bowser y el propietario principal de los Commanders, Josh Harris, bajo el lema “Bienvenidos a casa”, mientras sonaba “Welcome to DC” de Mambo Sauce.
Desde que adquirieron la franquicia en 2022, Harris y su grupo de copropietarios, todos fanáticos de la era dorada del equipo en los 80 y 90, habían evaluado diferentes opciones en Maryland, Virginia y D.C. La reciente aprobación de la transferencia del terreno federal por parte del Congreso y su ratificación por el expresidente Joe Biden en enero fueron clave para concretar este ambicioso proyecto.
Los Commanders buscan así revivir su identidad histórica, tras más de dos décadas jugando en Landover, Maryland, donde su contrato de arrendamiento expira en 2027.