CMB le arrebata el cinturón a Crawford y enciende la sospecha de favoritismo en favor de Canelo

El boxeo internacional amaneció sacudido por una de las decisiones más polémicas del año. El Consejo Mundial de Boxeo (CMB) anunció oficialmente el retiro del cinturón supermediano a Terence “Bud” Crawford, apenas semanas después de que el estadounidense conquistara el título en una histórica pelea de alto impacto mediático. La decisión, de carácter administrativo, provocó una inmediata ola de reacciones dentro y fuera del ring.

De acuerdo con el CMB, el despojo respondió a la falta de pago de las cuotas de sanción correspondientes a sus combates recientes, incluyendo la multimillonaria pelea donde Crawford derrotó a Saúl “Canelo” Álvarez. El organismo sostuvo que se otorgaron facilidades especiales, reduciendo el porcentaje tradicional de cobro, pero aun así no hubo respuesta oficial por parte del equipo del campeón.

El presidente del CMB, Mauricio Sulaimán, fue contundente al explicar la determinación. “El WBC no recibió respuesta, ni siquiera un acuse de recibo. Es una situación muy triste, pero el reglamento es claro y la Junta de Gobernadores tomó esta decisión por unanimidad”, declaró durante el anuncio oficial.

Sulaimán insistió en que el consejo fue paciente y flexible. “Se hizo un ajuste histórico en la cuota para adaptarnos a las condiciones económicas de la pelea, pero no podemos permitir que se rompan las normas internas. El campeonato pertenece al organismo”, subrayó.

La reacción de Terence Crawford fue inmediata, explosiva y pública. A través de un mensaje en video difundido en redes sociales, el boxeador rechazó la exigencia y lanzó un duro ataque directo al organismo. “No te voy a pagar nada. ¿Qué te hace pensar que eres mejor que los otros organismos?”, exclamó el campeón en tono desafiante.

Crawford profundizó su postura al señalar que cumplió con los pagos solicitados por otras organizaciones sin recibir reclamos adicionales. “Todos aceptaron lo que yo di, menos ustedes. Ustedes creen que valen más que todos y quieren cobrar más”, sentenció, dejando claro que su inconformidad va más allá de un simple trámite administrativo.

El conflicto escaló rápidamente al terreno político del boxeo. Mientras el CMB defendía su derecho a exigir cumplimiento financiero, el entorno de Crawford denunció un trato desigual. Para muchos, el caso dejó al descubierto un problema estructural en la gobernanza del boxeo, donde los títulos están sujetos a intereses comerciales tanto como a méritos deportivos.

En medio de la controversia apareció un nombre inevitable: Saúl “Canelo” Álvarez. El mexicano mantiene desde hace años una relación cercana y constante con el CMB, organismo bajo el cual ha acumulado varios de los cinturones más importantes de su carrera. Esta cercanía histórica ha generado especulación sobre posibles favoritismos.

Durante el mismo anuncio del despojo, Sulaimán dejó una frase que encendió aún más las sospechas: “Cuando Canelo esté listo, estará en la mezcla”. Para buena parte del análisis especializado, esta declaración sugiere que el camino hacia el cinturón vacante podría allanar el regreso inmediato del tapatío al trono supermediano.

El vínculo entre Canelo y el CMB ha sido ampliamente documentado a lo largo de los años. Desde reconocimientos honoríficos hasta peleas titularísimas avaladas con rapidez, el mexicano ha sido la principal figura comercial del organismo en la última década. Su capacidad de generar audiencias globales, patrocinios millonarios y recaudaciones récord lo coloca en un lugar estratégico para cualquier organismo regulador.

Con el cinturón ahora vacante, el CMB ya ordenó una pelea entre dos contendientes para disputar el título. Sin embargo, en los pasillos del boxeo se comenta que esta vía podría servir como puente para facilitar un futuro combate donde Canelo tenga acceso inmediato al campeonato, sin tener que enfrentar al incómodo e invicto Crawford.

Desde el punto de vista deportivo, la decisión ha sido ampliamente criticada. Crawford no perdió su cinturón sobre el ring, no fue vencido, no fue superado. El título le fue retirado por una disputa económica y administrativa. Para muchos aficionados y expertos, esto debilita la legitimidad del campeonato.

Lejos de mostrarse afectado, Crawford cerró su mensaje con una frase que rápidamente se viralizó: “Sigo siendo el campeón. No pueden quitarme lo que ya hice. La historia está escrita. Soy una leyenda”. Para su entorno, el despojo no borra su victoria ni su estatus como uno de los mejores libra por libra del mundo.

Especialistas financieros del deporte han señalado que el problema radica en la falta de criterios uniformes entre los organismos. Mientras algunos aceptan acuerdos flexibles, otros imponen tarifas distintas. En ese contexto, Crawford sostiene que fue tratado de forma desigual en comparación con otros campeones de alto perfil.

Respecto a Canelo, el beneficio es claro en términos estratégicos: al quedar vacante el cinturón, desaparece un rival incómodo e invicto que complicaba su posible regreso inmediato a la cima. El camino queda abierto para que el mexicano dispute el título bajo condiciones más favorables, tanto deportivas como comerciales.

En conclusión, el retiro del cinturón a Terence Crawford no solo encendió una controversia administrativa, también reabrió el eterno debate sobre la influencia del dinero en el boxeo, el peso político de las grandes figuras y la verdadera independencia de los organismos sancionadores. Mientras el CMB defiende su reglamento, Crawford defiende su legado.

Y es justamente ahí donde se sostiene el argumento final del campeón: el boxeo se gana con los puños, no con facturas. Ningún cinturón administrativo puede borrar una victoria legítima, una carrera invicta y una actuación histórica. La decisión del CMB podrá tener efectos oficiales, pero en el imaginario del deporte, Terence Crawford sigue siendo campeón.

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