“Benavidez apabulla a Yarde y reta: ‘Me voy para crucero’ tras una noche brutal”

La noche del sábado en Riyadh se convirtió en una exhibición de poder por parte de David “El Monstruo” Benavidez, quien defendió con autoridad su título semipesado del CMB al vencer por TKO en el séptimo asalto a Anthony Yarde. El ambiente en la ANB Arena, sede del evento Ring IV: Night of Champions, fue testigo de un dominio absoluto del campeón estadounidense.

Desde el primer campanazo, Benavidez marcó la pauta. Su rapidez, presión constante y agresivo trabajo al cuerpo dejaron sin respuesta a un Yarde que desde temprano se vio obligado a retroceder. Aun con algunos destellos del británico, la superioridad del campeón quedó clara con cada intercambio.

Para el sexto asalto, los signos de desgaste sobre Yarde eran evidentes: cortes en el rostro, sangrado nasal y un ritmo que ya no podía sostener. Ese fue el momento en que Benavidez decidió acelerar la marcha. En el séptimo round, una potente ráfaga lo dejó contra las cuerdas y, tras un golpe que lo mandó a la lona, el referí detuvo el combate a los 1:59 minutos del episodio.

Con esta victoria, Benavidez elevó su récord invicto a 31-0, con 25 nocauts, consolidándose como uno de los peleadores más dominantes del panorama actual. Para Yarde, fue un duro golpe en su tercera oportunidad por un título mundial, nuevamente sin lograr coronarse.

Tras la pelea, Benavidez sorprendió al mundo del boxeo con una declaración que sacudió el panorama: subirá a peso crucero para enfrentar a Gilberto “Zurdo” Ramírez por los títulos de la WBA y la OMB el 2 de mayo. “Tengo una noticia para ustedes: yo contra Zurdo Ramírez. Estoy subiendo a crucero para desafiar por sus títulos”, afirmó con seguridad frente a los micrófonos.

El campeón también evaluó su actuación con una mezcla de humildad y autocrítica. “Me doy una B+. Siempre puedo mejorar, pero hice el trabajo”, expresó. Más adelante agregó: “Cuando firmé esta pelea sabía que sería una guerra, pero vine preparado para eso”.

La victoria del sábado también reafirmó el estatus combativo de Benavidez, cuya combinación de potencia, presión y resistencia lo sigue convirtiendo en un problema serio para cualquiera en su división. Su salto a una nueva categoría abre la puerta a un posible capítulo histórico en su carrera.

La velada, además, dejó otros resultados destacados. Devin Haney consiguió una victoria por decisión unánime frente a Brian Norman Jr., en lo que muchos consideraron una presentación disciplinada. Jesse “Bam” Rodríguez noqueó al argentino Fernando Martínez en el décimo asalto, mientras que Abdullah Mason se impuso a Sam Noakes por decisión unánime para capturar el título ligero de la OMB.

Un día antes, en la ceremonia de pesaje, Benavidez y Yarde registraron pesos casi idénticos: 174.3 libras para el campeón y 173.9 para el retador. Esa paridad anticipaba una pelea cerrada, pero sobre el ring la realidad fue distinta.

En definitiva, la noche del sábado confirmó algo que muchos ya intuían: David Benavidez es más que un campeón consolidado. Es un peleador hambriento, con una visión clara y un camino que apunta a conquistar múltiples divisiones. Su contundente triunfo sobre Yarde no solo prolonga su reinado, sino que también abre el telón hacia una nueva era en su carrera, una donde busca trascender más allá de los límites de su división natural.

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