Barcelona, 2 de septiembre de 2025. — La propuesta de jugar partidos oficiales de LaLiga en Estados Unidos ha generado un fuerte rechazo por parte de diversas asociaciones de aficionados europeas. La iniciativa, presentada por la liga española con el objetivo de expandir su mercado internacional, ha desatado un debate sobre identidad de clubes, tradición futbolística y la comercialización excesiva del deporte rey.
Los seguidores argumentan que trasladar partidos oficiales fuera del territorio nacional compromete la esencia de LaLiga y perjudica a los abonados locales. “No podemos permitir que nuestro campeonato se venda como un espectáculo de entretenimiento global mientras los socios de toda la vida quedan marginados”, declaró Marta Sánchez, portavoz de la Plataforma de Aficionados del Barcelona.
El debate se intensificó después de que se confirmara que el Barcelona jugaría un partido oficial en Miami en octubre de este año. La noticia provocó reacciones inmediatas en redes sociales, con miles de aficionados criticando la decisión y anunciando boicots simbólicos a los partidos en el extranjero.
La Federación de Aficionados de España emitió un comunicado oficial: “Estamos totalmente en desacuerdo con esta política. Solicitamos a la FIFA y a LaLiga que reconsideren cualquier partido oficial fuera de España”. La carta fue firmada por representantes de clubes de primera y segunda división.
Entre las preocupaciones señaladas se incluyen la pérdida de la atmósfera local, posibles conflictos logísticos para los equipos, y el impacto negativo en la asistencia a los estadios españoles. “Se está sacrificando la tradición por beneficios económicos, y eso es inaceptable”, añadió Enrique Ramírez, presidente de la Asociación de Hinchas del Real Madrid.
Desde LaLiga, el portavoz oficial defendió la iniciativa como una estrategia de crecimiento internacional: “Nuestro objetivo es globalizar la marca y atraer nuevos seguidores, sin afectar la competición interna”. Sin embargo, la explicación no ha logrado calmar la polémica ni frenar las críticas.
Expertos en marketing deportivo advierten que esta decisión podría generar un precedente peligroso, donde otros torneos europeos intenten replicar la estrategia, aumentando la tensión entre clubes, federaciones y seguidores.
El tema sigue siendo un foco de discusión en medios y redes sociales, y la presión de las asociaciones de aficionados podría influir en la toma de decisiones futuras, dejando claro que la pasión por el fútbol todavía puede enfrentarse a la lógica comercial.