Zúrich, 24 de julio de 2025 – El calendario cada vez más apretado del fútbol femenino profesional ha provocado una creciente ola de preocupación entre jugadoras, entrenadores y sindicatos, que advierten sobre los riesgos físicos y mentales a los que están siendo sometidas las atletas de élite.
La publicación de un informe por parte de FIFPRO, el sindicato global de futbolistas, señala que muchas jugadoras están participando en más de 5,000 minutos de juego por temporada, una carga comparable o incluso superior a la de sus homólogos masculinos. “Estamos empujando a nuestras jugadoras a límites que no son sostenibles”, advirtió Sarah Gregorius, directora de estrategia global de FIFPRO.
Uno de los casos más destacados es el de la española Aitana Bonmatí, quien en la temporada pasada disputó partidos con su club (Barcelona), selección nacional, UEFA Champions League, Nations League y amistosos. “No hemos tenido descanso real. Estoy agradecida por los logros, pero el cuerpo ya no responde igual”, declaró la jugadora en una reciente entrevista.
Estrellas como Millie Bright (Inglaterra), Vivianne Miedema (Países Bajos) y Katie McCabe (Irlanda) también se han pronunciado al respecto. “He jugado lesionada, con fatiga, y aún así se nos exige rendir como máquinas. Necesitamos límites y respeto a nuestro bienestar”, comentó Miedema tras un partido con el Arsenal.
El calendario se ha visto aún más saturado con la incorporación de nuevas competiciones internacionales, como la Champions Cup Femenina y la confirmación del primer Mundial de Clubes femenino en 2028. Estas iniciativas, aunque celebradas por su impacto mediático, no han venido acompañadas de una revisión del tiempo de descanso obligatorio.
Emma Hayes, actual seleccionadora de Estados Unidos, declaró que los cuerpos técnicos están haciendo “malabares” para mantener a las jugadoras en condiciones. “No se trata solo de rotar planteles. Hay que cambiar el modelo. Nadie puede rendir 100 % todo el año sin consecuencias”, sostuvo en conferencia de prensa.
FIFPRO ha recomendado una pausa mínima de 28 días entre temporadas y descansos obligatorios durante el año competitivo. La FIFA, hasta ahora, ha mostrado disposición al diálogo pero sin tomar medidas concretas. “Estamos en una encrucijada. Si no actuamos ahora, las lesiones graves y el desgaste emocional serán inevitables”, concluyó Gregorius.