La relación entre el béisbol profesional y las apuestas ha alcanzado un punto crítico. En una declaración contundente y sin filtros, el lanzador Lucas Giolito rompió el silencio y arremetió contra la Major League Baseball (MLB), luego de revelar que ha sido víctima de amenazas violentas por parte de apostadores.
En el pódcast Foul Territory, Giolito relató que ha recibido decenas de mensajes intimidantes por redes sociales tras actuaciones que no cumplieron con ciertas “prop bets”, como el número de ponches o el total de entradas lanzadas. “He visto mensajes deseando que me lesione, que pierda a mi familia, que no vuelva a lanzar. Todo por no cumplir una línea de apuestas. Es una locura”, dijo visiblemente afectado.
Este tipo de apuestas, cada vez más comunes en plataformas como DraftKings o BetMGM, permiten al usuario apostar sobre acciones específicas de jugadores. Aunque pueden parecer triviales, las consecuencias para los jugadores se han vuelto profundamente personales. Giolito no es el único: según reportes internos de la MLB, al menos cinco peloteros han reportado incidentes similares en lo que va del año.
La preocupación va más allá de lo individual. El lanzador hizo un llamado directo al comisionado Rob Manfred, exigiendo medidas urgentes. “La MLB no puede seguir ignorando esto. No podemos ser el saco de boxeo emocional de miles de apostadores frustrados. Esto no es parte del trabajo”, denunció.
Desde que las apuestas deportivas fueron legalizadas a nivel federal en Estados Unidos en 2018, su crecimiento ha sido exponencial. La industria generó más de $10 mil millones en ingresos durante 2024, con la MLB como una de las ligas más activas en convenios de patrocinio con casas de apuestas. La contradicción es evidente: mientras la liga gana millones, los jugadores cargan con las consecuencias.
Los sindicatos de jugadores ya han comenzado a debatir internamente si deben solicitar la inclusión de cláusulas de protección emocional y de ciberseguridad en el próximo acuerdo colectivo. Por ahora, no hay una postura oficial, aunque las presiones van en aumento.
Fanáticos y analistas se han dividido. Algunos consideran que los jugadores deben entender la naturaleza moderna del negocio. Otros, en cambio, ven esta situación como una clara señal de que el sistema está descontrolado. “Si alguien pierde dinero, que se lo reclame a la suerte, no a un ser humano”, escribió un aficionado en X.
La MLB, por su parte, no ha emitido ningún comunicado respecto a las declaraciones de Giolito. Su silencio podría ser tan elocuente como escandaloso.