JULIO URÍAS, EL REGRESO DEL LANZADOR A LA MLB REAVIVA VIEJAS HERIDAS

Después de 317 días fuera del diamante, el nombre de Julio Urías vuelve a figurar en las conversaciones de la MLB, pero no por su rendimiento monticular, sino por el peso de su pasado. El lanzador mexicano, exestrella de los Dodgers de Los Ángeles, ha quedado oficialmente habilitado para regresar al béisbol profesional, luego de cumplir una suspensión impuesta por la Major League Baseball tras una investigación por presunta violencia doméstica. Su reincorporación ha generado un vendaval de reacciones encontradas, marcando uno de los regresos más polémicos del año en el deporte estadounidense.

Urías, de 28 años, fue suspendido en septiembre de 2023 tras ser arrestado en Los Ángeles por un incidente de agresión contra su pareja, durante un evento público. Aunque los cargos penales fueron retirados por la fiscalía angelina —alegando falta de pruebas concluyentes—, la MLB actuó de forma independiente, invocando su política de “tolerancia cero” ante cualquier tipo de conducta violenta fuera del campo.

La oficina del comisionado Rob Manfred impuso una suspensión sin goce de sueldo que se extendió por el resto de la temporada 2023 y toda la temporada 2024. El castigo fue el segundo en la carrera de Urías bajo esta misma política, luego de un incidente similar en 2019, lo que intensificó la severidad de la medida. “Nuestra responsabilidad va más allá del terreno de juego. Hay líneas que no pueden cruzarse”, declaró en su momento Manfred, justificando la sanción ante los medios.

Esta semana, la controversia resurgió cuando Urías fue incluido nuevamente como agente libre disponible para todos los equipos, luego de cumplir con las condiciones de su castigo: 36 meses de libertad condicional, 30 días de trabajo comunitario, y un curso completo de consejería sobre violencia doméstica. Al no estar sujeto a restricciones contractuales, cualquier franquicia puede contratarlo de inmediato.

Las reacciones no se hicieron esperar. Mientras algunos sectores defienden el derecho del pelotero a reinsertarse laboralmente, otros cuestionan la falta de una postura firme por parte de la liga y sus franquicias. “La MLB está enviando un mensaje confuso: se habla de responsabilidad, pero se permite el regreso de un reincidente sin consecuencias duraderas,” afirmó en redes sociales la organización Futures Without Violence, que trabaja con víctimas de abuso.

En México, la noticia fue recibida con una mezcla de orgullo nacional y consternación ética. Medios deportivos celebraron el posible retorno del primer lanzador mexicano en abrir y ganar un Juego 7 de Serie Mundial desde Fernando Valenzuela, pero las voces feministas lo consideran “una afrenta a las víctimas”. La periodista deportiva Mariana Gutiérrez escribió en El Universal: “La gloria deportiva no puede estar por encima del respeto y la integridad. Julio Urías podrá redimirse, pero la liga debe cuestionarse si está realmente comprometida con el cambio.”

A nivel deportivo, múltiples equipos han manifestado interés privado en el zurdo sinaloense, incluyendo a los Mets, Pirates y Orioles, aunque ninguno ha confirmado negociaciones oficiales. La necesidad de reforzar rotaciones diezmadas podría pesar más que la controversia mediática. “No hay duda de su talento; la cuestión es si alguien está dispuesto a cargar con el ruido que viene con él”, afirmó un ejecutivo anónimo de la Liga Americana citado por The Athletic.

Julio Urías, por su parte, ha guardado silencio desde su liberación. Su único comunicado fue breve y cuidadosamente redactado: “Agradezco a quienes me han apoyado y estoy comprometido con ser mejor dentro y fuera del campo.” Pero mientras no haya una disculpa pública ni una señal clara de reflexión, su retorno seguirá siendo percibido por muchos como una oportunidad concedida sin suficiente penitencia.

En un momento donde la MLB intenta reforzar su imagen frente al creciente escrutinio social, el caso Urías reabre una herida compleja: ¿puede un jugador volver a la élite tras un pasado violento? ¿Y qué mensaje se envía al público y a las futuras generaciones con esa respuesta? La temporada apenas ha iniciado su segunda mitad, pero la historia de Julio Urías promete seguir lanzando más preguntas que strikes.

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