Nueva York, 12–13 de julio de 2025 – El evento “Ring III”, organizado por la prestigiosa The Ring Magazine y transmitido por DAZN PPV, ha desatado críticas feroces por supuestas decisiones amañadas. La controversia gira en torno a la tesis de que los jueces favorecieron a los boxeadores más comerciales, ignorando la opinión mayoritaria de los aficionados y expertos presentes.
1. Conflicto de interés en la organización
En primer lugar, el hecho de que una revista de boxeo organice un evento profesional ya levanta sospechas. The Ring pasó de informar con aparente independencia a convertirse en promotora de veladas, lo cual podría comprometer su objetividad siempre que haya ganancias económicas en juego.
2. Revuelo por las decisiones “controvertidas”
- Stevenson vs Zepeda: aunque Stevenson (23‑0, 11 KOs) fue señalado como un tecnicista dominante, varios analistas y aficionados en redes aseguran que Zepeda fue “robado” en rounds cerrados. En peleas históricas similares (como Bradley–Pacquiao, Wilder–Fury o Pacquiao–Marquez III), se ha documentado que decisiones divididas o cerradas encendieron controversias comparables.
- Berlanga vs Sheeraz: la detención por nocaut técnico en el quinto «parecía justificada», según comentaristas. Sin embargo, la agresiva escena previa en los pesajes y las ruedas de prensa —con insultos y lanzamientos de objetos— alimentaron la percepción de que Berlanga, con perfil más mediático, pudo pesar en decisiones previas y árbitros .
3. Reacción unánime del público: “fue un robo”
Desde las primeras horas, los hashtags estilo #RobbedRingIII y #FixTheJudges virtualmente dominaban Twitter y Reddit. En foros como r/Boxing, los fanáticos se mostraron indignados:
“El triunfo de Stevenson fue anunciado por los jueces, pero el estadio estuvo con Zepeda al 90 %.”
“Berlanga tenía al público encima, ¡debería haber ganado!”
Este clamor recuerda rechazo similar en contiendas como Pacquiao–Bradley, donde incluso comentaristas como HBO y ESPN calificaron el fallo de adulterado

4. Falta de transparencia en las tarjetas
The Ring no publicó aún las tarjetas de puntuación completas round a round, ni los nombres de los jueces. A su vez, no existe un proceso claro para impugnar las decisiones. Este silencio motivó críticas, pues sin transparencia no hay responsabilidad, lo que coincide con reclamos que exigen revisiones post‑pelea para asegurar integridad .
5. Contexto histórico: decisiones dudosas como norma
Casos anteriores, como Tyson Fury vs Wilder II o el famoso WBC vs Lara, ya habían expuesto la impunidad de los jueces: en ambos, hubo revisiones y jueces suspendidos, aunque rara vez se revertían los fallos.
Esto refuerza la sospecha de que eventos organizados por entes con alto impacto económico (revistas, cadenas, promotores) perpetúan un sistema viciado.
6. Declaraciones clave
**Aficionados y ex boxeadores**:
“Berlanga tiró objetos en la previa, pero el ring le dio el silenció más grande a Sheeraz” —un aficionado en X.
“El sistema de jurado necesita reformas dramáticas; no se puede seguir permitiendo robos” —comentario reproducido en torneos recientes
The Ring Magazine: no hubo declaraciones oficiales sobre las acusaciones. El silencio, tras las explosivas críticas, ha sido interpretado como signo de complicidad o miedo a afectar la imagen, lo cual contrasta con su rol en informar versiones de transparencia en boxeo.

7. Conclusión: el público exige cambios
La conclusión general del público —y de muchos periodistas especializados— es que Ring III fue promovido más para generar ingresos y visibilidad que para garantizar un deporte equitativo. Las decisiones controvertidas replicaron patrones clásicos en que el “boxeador recomendado” triunfa pese a la percepción generalizada de derrota. Así:
- Organización con conflicto de interés.
- Fallos con jueces sin transparencia.
- Indignación de fanáticos y figuras del deporte.
- Ausencia de mecanismos de revisión.
Esta controversia realza la urgente necesidad de reformas en el sistema de juzgamiento del boxeo: más jueces, supervisión independiente, publicación completa de tarjetas y proceso de apelación accesible. Sin ello, el deporte seguirá siendo víctima de sospechas y perderá credibilidad frente a los fanáticos.
