El veterano defensivo de los Houston Texans, Jimmie Ward, fue arrestado el pasado miércoles 12 de junio en Magnolia, Texas, bajo cargos de violencia doméstica agravada. De acuerdo con el informe del Departamento de Policía local, Ward fue acusado de agredir a una mujer dentro de su residencia y amenazarla de muerte durante un altercado. Tras su detención, el jugador de 33 años fue puesto en libertad bajo fianza de 30,000 dólares, y se le impuso una orden de alejamiento con restricción de contacto hacia la víctima.
Ward, quien firmó con los Texans en 2023 después de pasar nueve temporadas con los San Francisco 49ers, ha sido una figura clave en la secundaria defensiva del equipo texano. En la temporada pasada registró 50 tacleadas y una intercepción en 12 juegos. Sin embargo, este incidente fuera del campo podría poner en riesgo no solo su imagen pública, sino también su futuro en la NFL. Hasta el momento, la franquicia de los Texans no ha emitido un comunicado oficial, mientras que la NFL indicó que están al tanto de la situación y seguirán “monitoreando el caso conforme avance el proceso legal”.
La política de conducta personal de la NFL establece que los jugadores pueden ser sancionados incluso sin una condena penal, si se determina que violaron las normas del código de conducta de la liga. En casos anteriores similares, se han impuesto suspensiones de entre 6 y 10 partidos. Si se comprueba la culpabilidad de Ward, es posible que el jugador enfrente una suspensión significativa o incluso la rescisión de su contrato. A pesar de la presunción de inocencia, el incidente ya ha provocado un debate entre aficionados y analistas sobre la tolerancia de la liga ante la violencia doméstica.
