Claudio Ranieri ha dicho “no” a una de las propuestas más delicadas y simbólicas del fútbol italiano. El veterano entrenador de 73 años rechazó la oferta para dirigir a la selección de Italia, que atraviesa una nueva crisis de rumbo en su intento por volver a una Copa del Mundo tras más de una década de ausencia.
“Fue un gran honor, pero decidí quedarme en Roma”, declaró Ranieri a la agencia ANSA, confirmando que Gabriele Gravina, presidente de la Federación Italiana de Fútbol (FIGC), le ofreció el cargo de seleccionador tras la reciente derrota 3-0 ante Noruega, que precipitó la salida de Luciano Spalletti.
Italia, ausente en los Mundiales de 2018 y 2022, comenzó con tropiezos su camino al Mundial 2026, coorganizado por Estados Unidos, México y Canadá. Aunque se recuperó con una victoria 2-0 sobre Moldavia, el futuro de la Azzurra sigue lleno de incertidumbre.
Ranieri, ídolo de la Roma y recordado mundialmente por el histórico título con Leicester City en la Premier League 2016, prefirió continuar su compromiso con la Roma, donde actualmente colabora en un rol consultivo con la familia Friedkin, dueña del club. “Reflexioné y decidí quedarme disponible para Roma con total compromiso”, aseguró.
Italia tiene menos de tres meses para encontrar a un nuevo seleccionador antes de enfrentar a Estonia el 5 de septiembre. Actualmente, es tercera en su grupo con nueve puntos menos que Noruega, aunque con dos partidos menos. Solo el primer lugar asegura boleto directo al Mundial; el segundo irá a repechaje.
El reto es inmenso, y Ranieri, con su legado ya asegurado, eligió no formar parte de una misión que muchos consideran cuesta arriba.