Las críticas no han cesado. Más allá de lo técnico, muchos apuntan al patrón preocupante en el que Canelo enfrenta rivales sin verdadero riesgo o que llegan al ring en condiciones cuestionables. El estilo conservador, la ausencia de nocauts y la aparente seguridad de las tarjetas han generado sospechas de que algunos combates están diseñados más para preservar su marca que para desafiar su legado.

Una burla que daña al boxeo.
En efecto, concordamos contigo.