La número uno del mundo, Aryna Sabalenka, está decidida a conquistar su primer título en Roland Garros, y para lograrlo, no solo se enfoca en su juego: también en evitar cualquier contratiempo, incluso desde el plato.
La bielorrusa de 26 años, actual primera sembrada del torneo, llega a París con la confianza de quien ya disputó la final del Abierto de Australia este año, y asegura que le gusta el desafío de ser la rival a vencer.
“Me encanta saber que alguien me persigue. Lo tomo como un reto”, dijo Sabalenka en conferencia de prensa. “Cada vez que salgo pienso: ‘A ver quién está lista para soportar la presión’”.
Aunque nunca ha llegado a la final en la arcilla parisina, Sabalenka afirma que ha evolucionado técnica, física y mentalmente para dominar una superficie que históricamente no ha sido su fuerte.
“En tierra batida, la potencia no basta. Hay que construir los puntos varias veces y estar muy preparada. Esta superficie me obligó a trabajar muy duro para alcanzar este nivel”, explicó.
El año pasado, una enfermedad la sacó del torneo en cuartos de final. Hoy, Sabalenka dice haber aprendido la lección… incluso en términos gastronómicos.
“Definitivamente no voy a comer lo mismo que comí antes del partido. Hicimos ajustes en mi alimentación. No dejaré que me pase otra vez”, dijo entre risas.