El expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, declaró nuevamente ante un juez que el beso que le dio a Jenni Hermoso durante la premiación del Mundial Femenino 2023 fue con su consentimiento. Sin embargo, la delantera española ha sostenido lo contrario, asegurando que nunca dio su aprobación.
Rubiales, acusado de agresión sexual y coacción, insistió en que Hermoso le respondió “vale” cuando le preguntó si podía darle un beso. “Cuando terminamos el abrazo, y tras darme permiso, le agarré la cabeza con las manos. Fue como darle un abrazo”, afirmó.
Por su parte, Hermoso testificó en el primer día del juicio que jamás consintió el beso y que el hecho empañó uno de los momentos más importantes de su carrera. Además, tanto ella como sus compañeras han declarado que fue presionada para minimizar el incidente.
En la audiencia, la defensa de Rubiales intentó desacreditar el testimonio del hermano de Hermoso, quien aseguró que el entonces entrenador del equipo nacional femenino, Jorge Vilda, la presionó para grabar un video restando importancia al beso. También se presentó un video donde Hermoso celebraba con sus compañeras y mencionaba que “no le importaba” el incidente, aunque luego testificó que su reacción fue por la emoción del momento y el contexto de las celebraciones.
Rubiales ha argumentado que la controversia fue parte de una “cacería de brujas” en su contra, pero su renuncia llegó tres semanas después del escándalo y la FIFA lo sancionó con tres años de inhabilitación. La fiscalía y la Asociación de Futbolistas de España buscan una pena de dos años y medio de prisión para Rubiales, además de una multa de 50,000 euros y la prohibición de ejercer como funcionario deportivo. También solicitan un año y medio de cárcel para los otros tres acusados de coacción: Jorge Vilda, Albert Luque y Rubén Rivera.